Uno de mis mejores partidos con el Valencia fue la semifinal de Copa del Rey ante el Barça en marzo de 2008. Tras empatar 1-1 en el Camp Nou, ganamos 3-2 con dos goles míos y en Mestalla la gente disfrutó de una noche maravillosa. Aún recuerdo las celebraciones tras el encuentro, desde los balcones de Mestalla.