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Hoy desgraciadamente toca escribir uno de esos posts que no apetecen demasiado, ni para el que lo escribe ni para los que lo leéis. No resulta nada fácil escribir tras una derrota. La verdad es que, después de perder a domicilio, le das muchas vueltas a la cabeza en el viaje de regreso a casa.

Cuando uno sufre una dolorosa derrota como la que vivimos a mitad de semana en Londres, contra el Tottenham, lo único que desea es que el próximo partido llegue cuanto antes. Necesitábamos mostrar el carácter del equipo y reaccionar ante nuestr@s aficionad@s para volver a la senda de la victoria. Y así lo hicimos.

Está a punto de terminar enero y podemos decir que mantenemos el nivel y la misma sonrisa con la que arrancamos este 2018: cinco victorias en cinco partidos y todavía sin encajar un gol. Obviamente estamos contentos, conscientes de que es ahora cuando llega el momento decisivo de la temporada.

Los domingos son mucho más tranquilos después de una victoria. Ayer, en Turf Moor, conseguimos tres puntos muy valiosos ante un rival que es muy bueno explotando las características de sus jugadores.

Hoy es un día especial, hoy hay partido y en Old Trafford. No solemos jugar los lunes, así que me gustaría contaros cómo es un día de partido para nosotros… Bueno, no todos los días de partido son iguales. Para empezar, hablamos de un encuentro en nuestro estadio, en nuestra gran casa y por la noche, lo que nos permite dormir en nuestros domicilios algunas veces y concentrarnos por la mañana ya centrados en el partido al máximo.